Adeptos

sábado, 16 de julio de 2011

Aquel pecado de los pueblos

(sobre un tema que hablé mucho en estos días, tras tanto caos que hay por acá, espero sepan disfrutarlo)

¿Mi hermano, Olvido,
a quien tomas de la mano?

Ya su memoria está en el vacio.

Los pequeños pasos, los delirios,
las promesas vanas, grandes mitos.

Olvido, hermano mio,
generas dolor, con regocijo
te esmeras en tirarnos del risco

hacia aquellas nubes fantasiosas
que llenas de ilusión nos asombran.

No sabemos que finalmente en el suelo,
hermano mio, terminaremos caídos,
tropezando con el mismo precipicio
cada vez que habremos de pasar.

Ya no recordamos, Olvido,
como llegamos a ser tan niños,
como los chicos fueron grandes
y nosotros nunca envejecimos,
rejuvenecimos, con alarde...

porque nuestro corazón te tiene unido
y porque tus manos aprietan latidos

hasta el punto de olvidarse de respirar.