Adeptos

viernes, 27 de enero de 2012

El espejo II

Tardó horas de levantarse de su quejumbroso asiento. Tanto tiempo viendo al espejo y esperando que hablase nuevamente lo dejó aburrido y harto. Así, pues, salió a caminar por las calles. A medida que observaba su reflejo en las distintas vidrieras, veía sonrisas burlonas o risas reprimidas. Y así los veía reflejados en la multitud. No se demoró para volver a casa a llorar.

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