Adeptos

jueves, 31 de enero de 2013

Ya crucé el umbral...


Ya crucé el umbral, nuevamente,
Y comienzo a tropezar en dicha vertiente:
Los nuevos dedos que sostienen otras gentes
Me confunden y siembran temores (ya existentes).

¡Ay, hermoso dolor!
¡Duelen esos latidos que pisan,
Pisan fuerte y duelen menos!

Y dejan de pisar y duelen más;
Duele que te dejen de pisar,
Inclusive si te dejan de mirar.

Hermosos pies que tropiezan con los míos,
Tal vez me escuchan y me sienten, sin ese frío
Que uno siente cuando el tacto llega a olvidar,

Ese abrazo íntimo que un universo fue a deparar,
Pero se pierde, ¡no dejes de pisar!

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